Descubre cómo las marcas pueden adoptar un propósito claro y sostenible para conectar emocionalmente con sus clientes. Aprende a evitar el brand washing y a construir estrategias de branding efectivas para 2025.
Antecedentes:
En los últimos años, hemos sido testigos de un cambio profundo en la forma en que los consumidores perciben y se relacionan con las marcas.
Ya no se trata solo de la calidad del producto o del precio competitivo; las personas buscan algo más, un propósito. Quieren saber qué representa una marca y cómo contribuye al bienestar colectivo. En este contexto, la sostenibilidad y el propósito de marca han pasado de ser un valor añadido a convertirse en un requisito fundamental.
La sostenibilidad no es solo una tendencia, es una demanda. Los consumidores actuales, especialmente las generaciones más jóvenes, están más informados y son más exigentes. Valoran las marcas que no solo declaran un propósito, sino que también lo respaldan con acciones concretas. Según estudios recientes, más del 70% de los consumidores están dispuestos a pagar un precio premium por productos y servicios de empresas que demuestren un compromiso genuino con el medio ambiente y la sociedad.
Este contexto ha puesto sobre la mesa un desafío importante: no basta con hablar de sostenibilidad o propósito; las marcas deben actuar, y más importante aún, deben hacerlo de forma auténtica.
Uno de los mayores riesgos que enfrentan las marcas hoy en día es caer en el "Brand Washing". Este término, que engloba prácticas como el greenwashing y el purpose washing, hace referencia a aquellas marcas que utilizan el propósito o la sostenibilidad como un eslogan de marketing, sin respaldarlo con acciones reales.
Los consumidores son cada vez más hábiles en detectar estas estrategias vacías, y las redes sociales no perdonan: una acusación de incongruencia puede dañar seriamente la reputación de una empresa.
La solución pasa por hacer accionables las historias de marca. Esto significa traducir el propósito en iniciativas tangibles, medibles y, sobre todo, comunicables de manera honesta. No se trata solo de decir "somos sostenibles", sino de mostrar cómo se están reduciendo las emisiones de carbono, de qué manera se apoya a las comunidades locales o cuáles son los procesos responsables detrás de cada producto.
El propósito de marca debe ser un puente hacia la construcción de una comunidad sólida. Las marcas que logran empoderar a sus consumidores a través de acciones conjuntas crean un vínculo que va más allá de la simple transacción. Un ejemplo claro son las campañas participativas donde el cliente se convierte en un agente de cambio: programas de reciclaje, iniciativas de economía circular o incluso la co-creación de soluciones sostenibles.
Tomemos como ejemplo a Patagonia, una marca que ha establecido una comunidad en torno a la protección del medio ambiente. No solo venden ropa, sino que inspiran a sus clientes a ser parte del cambio a través de acciones concretas como la reparación de prendas, el activismo ambiental y la reinversión de ganancias en proyectos sostenibles. Este enfoque no solo refuerza su propósito de marca, sino que genera lealtad y orgullo entre sus seguidores.
Transparencia y Comunicación Ética: Los Nuevos Imperativos
La transparencia se ha convertido en un valor no negociable. Los consumidores esperan que las marcas sean honestas acerca de sus logros y desafíos en materia de sostenibilidad. Publicar reportes de impacto, ser claros sobre las metas y admitir los errores son pasos esenciales para construir confianza.
Además, la comunicación ética juega un papel clave. Esto implica no solo hablar sobre los avances, sino también involucrar a la audiencia en el proceso, creando un diálogo abierto y constructivo.
En este sentido, la tecnología puede ser un gran aliado. Las plataformas digitales permiten compartir en tiempo real las iniciativas de sostenibilidad y recabar retroalimentación que fortalezca la relación con los consumidores.
De cara al 2025, las marcas que deseen mantenerse competitivas deberán adoptar la sostenibilidad como un eje central de su estrategia. Esto no solo impulsará su relevancia en el mercado, sino que también las preparará para un entorno regulatorio más estricto y una mayor presión por parte de los consumidores.
La sostenibilidad y el propósito ya no son opcionales; son la base sobre la cual se construirá la confianza y la lealtad de las futuras generaciones. Las marcas que entiendan esto y lo implementen con acciones reales tendrán la ventaja en un mundo donde el compromiso genuino es la nueva moneda de cambio.
En un entorno digital en constante evolución, las marcas deben trascender la simple promoción de productos para convertirse en agentes de cambio. Esto implica no solo asumir un propósito claro, sino también actuar con coherencia y responsabilidad. Al hacerlo, no solo atraerán clientes, sino que también contribuirán a un mundo más sostenible.
Como siempre digo, el propósito no es algo que se dice, es algo que se hace. Y cuando se hace bien, el impacto es tan tangible como inspirador.
¿Estás listo para liderar el cambio?
Soy Germán Baher, como especialistas en branding, nuestro desafío es guiar a las marcas en este camino, ayudándolas a transformar sus valores en acciones concretas y, sobre todo, en conexiones emocionales auténticas con sus consumidores. Porque al final del día, las marcas con propósito no solo venden, inspiran.